domingo, 24 de febrero de 2019








Son tus entrañas su cuna, tus brazos su consuelo, tus besos su sonrisa, tus lágrimas su desasosiego. Pero pasa el tiempo, y son tus entrañas un cuerpo, tus brazos una extensión, tus besos una rutina, y tus lágrimas... sólo son eso. Entonces tus entrañas se rasgan, tus brazos caen yermos, tus besos se apagan, y tus lágrimas... son fuego.





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