Me acurruco en mis palabras,
aquellas que plasmo entre silencios,
que escapan como letras
traviesas y sin dueño.
Entrego en ellas mi alma,
sin buscar empatía en ello,
donde quiera que aniden,
será siempre destino incierto.
Me deshago en mis palabras,
siempre en compañía el secreto,
de una vida rauda y tenaz,
buscando un suspiro de paz.
Me regalo en mis palabras,
que dejo volar al viento,
me regalo en mis letras,
... ¿me estará leyendo?