miércoles, 29 de junio de 2016




Me he caído del mundo a velocidad vertiginosa, 
He salido de la vida que se me otorgaba hermosa,
He viajado ascendiendo en espiral tenebrosa,
He conocido el miedo, el dolor y la amargura,
He vivido despacio el cómo se apaga una,
He soñado despierta mientras dormir no podía,
He hablado y discernido hasta ahora,
.... y ahora...
Dejo a un lado el pretérito perfecto compuesto de mi vida,
Y me dirijo a ascender de nuevo,
Antes de tocar suelo,
Hablando en un futuro perfecto
En el que ... habré caído, habré salido, habré conocido,
Habré vivido, habré soñado…
Y tan sólo habrá un futuro,
VIVIRÉ.


sábado, 25 de junio de 2016





¿Cuándo será el preciso instante en que el torbellino de remordimientos por causa de acciones benevolentes que se tuercen en su destino, huyan  de mi tórrido cerebro?
¿Acaso la indulgencia de procederes benignos aunque funestos ha dejado de existir?
Por momentos me desespero, mis acciones me atormentan mientras mi sentimiento en un principio bondadoso me devuelve la ira del que recibe mi amparo incondicional.

Llegará el momento en que me cubra con una sombra imperturbable, dejando de lado todo aquello que no me incumba y entonces seré pérfida, porque al fin y al cabo, eso es lo que ya ven los ojos que me observan.






lunes, 20 de junio de 2016



Con el último sorbo de café partió,
con la premura de quien pierde un tren,
con la sonrisa de un hasta pronto,
... con la mirada que me decía ¡ven!

Con cada café lo rememoro,
día tras día (me tomo diez)
mas el teléfono sigue insonoro,
... ni un mensaje, miré y miré...

Con mi sonrisa de quizás quiera,
y la indecisión de seguir mis pies,
tal vez su temple se venga abajo,
y su tesón deje de ver.

Mas yo quisiera...
... quizás yo no sepa querer...




miércoles, 15 de junio de 2016




Y escribía palabras enlazadas sin ritmo ni armonía, 
deshaciéndome en letras de  sentimientos ajados. 

Cada día en la soledad 
garabateaba, leía y rompía
papeles improvisados
que a las manos acudían.

Y sin saber muy bien como,
quizás el gritar anónima al viento,
compartir sentimientos,
busqué en la red la vía.

Ahora vierto mi alma
en letras, imágenes y líneas,
que viajan por todo el mundo
(se que en silencio me miras)

¡GRACIAS AMIG@S!




sábado, 11 de junio de 2016



De tanto intentar volar,
se quebraron mis alas.
De tanto intentar amar,
se encogió mi corazón.
De tanto intentar sanar,
mal curé mis heridas.
De tanto intentar vivir,
perdí parte de mi vida.

De tanto y tanto que no pedí,
mi alma quedó vacía.
De tanto esperar, 
yo morí...
...esclava de todo,
y en la nada perdida.




lunes, 6 de junio de 2016




Exprimiendo las últimas horas de sol,
cuando mi mente está más activa,
dejando en un rincón los pensamientos
que en la noche me dominan.

En la fragua de alternativas
que llenen el espacio nocturno,
se pierden mis expectativas
pululando con aire taciturno.

Y así acaece de nuevo,
un espacio de nostalgia,
gratos recuerdos me envuelven,
... mas todo se vierte en melancolía.





domingo, 5 de junio de 2016





Cuando era pequeña me hicieron creer que si veía una estrella que brillaba más que las demás, podía pedir un deseo y se me cumpliría.
Al paso de los años, fueron muchas las estrellas que recogían mis peticiones y supongo que por pura coincidencia, alguna cumplió mi deseo.
Hoy, sin embargo, cuando observo a esa estrella en el firmamento, sonrío y pienso cuantos niños habrá en el mundo solicitando sus deseos y me acuesto feliz, sé que siempre, siempre, alguno de ellos romperá en alegría en un momento u otro.

Hoy por hoy, mis deseos se guardan en mi corazón a la espera de ver como se cumplen, y mientras tanto, algunos perecen serenos, guardados en mí, y otros... otros seguirán viviendo latentes día a día...

¡Buenas noches amig@s!






sábado, 4 de junio de 2016





Se mecían las hojas en el silencio de la noche, y su sonido era como caricias rudas. Embelesada en el marco de la ventana seguía sus movimientos, vaivenes acompasados que rememoraban en mi mente los furtivos encuentros entre nervios y sonrisas que, como esas hojas, nos hacían mover con manos torpes y locas prisas. Se mecían las hojas en el silencio de la noche, y me sacudieron en recuerdos que me aceleraron el corazón y tras sonreír, caí en picado al notar el dolor punzante en mi pecho mientras lágrimas brotaron con ímpetu por salir al paso. Se mecían las hojas en el silencio de la noche, pero aún y así, se que tú también me recuerdas y dibujas una sonrisa. Tan tuya como la luna al sol, tan mío como el sol a la luna...