Sobran las palabras, 

ecos de silencio susurran,

encendiendo anhelos dormidos.

Laten discretos,

la noche los acuna,

ellos solos se mecen,

y de dos almas..

hacen una.

Miraba al cielo,

buscaba respuesta,

tú siempre decías

que no sería cierta.

Miraba al cielo,

y tú a mi lado, sereno,

aguardando el momento,

que mis ojos posaran

en los tuyos inquietos.

Miraba al cielo,

cuan errada andaba,

el brillo de la vida

estaba en tu mirada.

Miraba al cielo...

y casi pierdo la causa,

teniéndola a mi vera

sin ver que ahí estaba.

Ahora miro el horizonte,

de tu mano enlazada,

tu serenidad mi quietud,

tu amor, mi savia.

Tímido sigilo de pisadas sin huella,

mellan en un corazón que no opone resistencia,

quiero creer que se trata de diabólicos ángeles,

mas en mi interior sé de cierto...

 que divinos demonios son.