miércoles, 4 de abril de 2018





Le ofrecí odio al rencor, y el rencor se volvió contra la pena, y la pena se volvió contra el enfado, y el enfado contra la tristeza, y cuando la tristeza se volvió, encontró la sonrisa discreta, que se volvió contra la risa, y ésta contra la vergüenza, y volví a ser yo, dentro del desorden de las piezas, piezas que se unen, se sueltan, se pisan y tropiezan.
Y volví a ser yo...







No hay comentarios:

Publicar un comentario